movimiento
Nada nunca sigue igual y nuestros cuerpos y nuestras vidas están en un constante cambio. Pero preferimos ignorarlo.
Para no sentir ni el dolor ni el miedo que conlleva preferimos percibir la vida como estática. Mientras no nos duele nada ignoramos que nuestros cuerpos necesitan mucho movimiento.
Pasamos el día sobre todo sentados o en posiciones repetitivas, aunque estamos hechos para ser muy flexibles y capaces de andar largas distancias en un día.
Cuanto más libre es nuestro movimiento más amplio puede ser también nuestro horizonte mental.
Nunca dejes de moverte, ni en tu mente ni con tu cuerpo. Si reducimos nuestro movimiento cortamos muchas de nuestras posibilidades sobre quiénes somos.
NO PIERDAS NUNCA TUS GANAS DE VOLAR.